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Artes visuales: El reflejo de la humanidad y sus deseos

Artes visuales: El reflejo de la humanidad y sus deseos

  • Las artes visuales nos transmiten diferentes emociones, cada obra refleja la historia y personalidad del artista que la creó.
  • El vínculo entre el espectador y el artista a través del arte son el instinto y la fantasía.
  • El arte funciona como catarsis, nos permite purgar, liberar y descargar nuestras emociones.
  • El arte es más que entretenimiento. Después de leer este artículo ya no verás esa pintura que llama tu atención con los mismos ojos.
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Todos los días convivimos con las artes visuales de cierta forma, ya sea el mural pintado en un edificio rumbo al trabajo, la fotografía de una pintura en Instagram y hasta el libro que leemos por las noches. El arte es parte de nuestra historia, cada corriente artística nos ha comunicado algo. Muchas veces parece más humano que nosotros mismos; plasma emociones y sensaciones que en ocasiones no podemos explicar. Sin embargo, son tan reales que sentimos un vínculo con el mismo artista; sin importar que sea de la década pasada, o de hace doscientos años.

Es bastante ambiguo hablar de arte. Puede ser el inicio de una discusión incómoda en medio de una reunión social, incluso hasta una larga charla con amigos. Al igual que se menciona en el antiguo dicho popular “Ni de política ni religión, o se acaba la reunión” discutir qué es arte y qué no, o monopolizar una interpretación pueden llevarnos a un conflicto.

Instinto y fantasía: el vínculo entre el artista y el espectador

Lo que es bastante cierto es que el arte comunica, y el mensaje no es siempre agradable. Ese vínculo o conexión que podemos llegar a sentir con la obra tiene una razón de ser. Esto es lo que ha captado la atención de los estudiosos del arte y la psicología desde tiempo atrás. Por ejemplo; a Sigmund Freud le interesaba mucho el arte, y según él la estructura formal de una obra cumple la función de simular sus orígenes en el inconsciente del artista, de crear un disfraz que permita la manifestación de los deseos reprimidos.

Freud analizaba cómo el espectador puede percibir una obra de arte, es decir; por medio de qué mecanismo puede trascender la resistencia para fantasear -identificándose con el héroe – sobre deseos inconscientes y “prohibidos”. Lo que experimentaba un artista cuando hacía obras de arte, según Freud, no era algo meramente intelectual; sino que había una proyección psíquica que impulsaba al artista a la creación. Esto hace bastante sentido si pensamos en cómo la inspiración no llega siempre en el momento que la necesitamos, el crear va más allá.

Entre el artista y el espectador se establece una identificación a nivel psíquico, que viene determinada por dos elementos comunes en todos los individuos: el poseer necesidades instintivas y el refugiarse en una vida de fantasía. Esto explica que la creación artística se relaciona íntimamente con los sueños diurnos (fantaseo); ya que en la misma se procura el cumplimiento de tal fantaseo, prohibido en la realidad. Es así que en el arte se logra la reconciliación de dos principios: el de placer y el de realidad.

Cada obra de arte lleva plasmados símbolos que reflejan la personalidad del artista, ¿Los has detectado?

Hablar de fantasía como una necesidad en la vida del hombre cobra bastante sentido especialmente en la situación actual del mundo. Una nueva normalidad donde todos tenemos una idea distinta de lo ideal y necesitamos una válvula de escape. Para Freud, es posible analizar rasgos psíquicos de un artistas al descifrar los símbolos ocultos plasmados de forma inconsciente en sus obras, considerando que el proceso creativo estaba íntimamente ligado a los instintos (Gombrich, 1971).

Basada en esto voy a tomar como ejemplo las artes visuales. A través de los siglos hemos apreciado placidez, inquietud, armonía, tristeza y otras sensaciones observando las obras de grandes pintores. Al conocer mas de la historia y contexto del autor, es difícil no sentir que el cuadro nos está contando algo. Ojo, no hablo de teorías de conspiración. Simplemente hablo de mensajes claros, en forma de símbolos, plasmados inconscientemente en un lienzo frente a nosotros contando historias; historias que ya conocemos, pero contadas de otra forma, desde otra perspectiva.

Caravaggio: un ejemplo del reflejo de la humanidad en las artes visuales

Simplemente al ver una obra de Caravaggio, “El chico malo del Barroco”; podemos sentirnos parte de la escena, o notar un toque violento. Si hacemos un ejercicio y observamos la siguiente pintura tres personas diferentes, y anotamos cada una lo que nos transmitió, o lo que sentimos que representa, encontraremos bastantes coincidencias.

Caravaggio artista

Si después de esto conocemos un poco más de el autor, cada vez el mensaje será más claro. Por ejemplo; qué es conocido como “El chico malo del Barroco” gracias a su largo historial de delitos. Según cuenta la historia fue alejado de su familia a temprana edad debido a sus problemas de agresividad y violencia. Y que además era conocido por pintar personas de la calle retratándolas lo más fielmente posible.

La catarsis como sanación a través de las artes visuales

Artes visuales como sanación
Foto de Birmingham Museums Trust para Unsplash

Ahora, puede que pienses ¿Por qué habría de buscar lo burdo o la miseria en el arte?, ¿por qué sentir atracción a lo que transmite rabia o tristeza, si no son sensaciones agradables?.

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Bueno, esto es gracias a la catarsis del espectador. Al identificarse o crear un vínculo con la obra queda comprometido con la acción dramática, la cual le genera gozo o sensación de alivio. Esto sucede porque el espectador genera una ilusión en lugar de absorber la tragedia y todo penar que conlleva; ya que si lo hiciese no se permitiría el desahogo. Al ver la mala fortuna del protagonista sentimos compasión, y nos lleva al miedo de sufrir una situación similar, es esta ansiedad por evitar esta mala suerte que moderamos nuestras pasiones.

La catarsis nos permite purgar, liberar y descargar.

La tragedia seduce al espectador, es similar a un antibiótico emocional

Según Aristóteles (Poética) la tragedia, a través de la compasión y del temor, provoca una purificación de los afectos. De aquí lo seductor de este género. Nos permite usarla como instrumento para remover o moderar otras perturbaciones. Es así como el temor y la misericordia pueden mitigar la violencia, la ira y el exceso de perturbaciones. La tragedia nos ayuda a eliminar vicios con otras pasiones; siendo algo similar a un antibiótico emocional. Y es así como el arte puede llevar a sanar, en lugar de generar placer.

Es así como concluimos que el arte es mucho más que entretenimiento. Somos afortunados por tenerlo cada vez más cerca y conocer las historias que tiene por contarnos. Es un antídoto contra el adormecimiento de la mente y el espíritu. Nos invita a explorar y percibir una realidad fuera de la nuestra, y a empatizar con mundos distintos al que nos compete. La próxima vez que estés frente a tu obra favorita te invito a conocer un poco más de lo que su autor tiene que contarte.

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